CAE LA LLUVIA

Han terminado las “ottobrate romane” y llueve. Con el viento ha llegado el primer fresco. Las palomas buscan la cubierta del arco y lanzan regalitos sobre un miembro del equipo en la zona de lavado de la cerámica...
Estando aquí hemos preferido no descansar en el día de fiesta español (se ha decidido de forma democrática, obviamente).

Diluvia

La excavación se ha hecho más interesante. Las estructuras que cierran los pilares del arco en la zona norte se han documentado también en la zona sur, bajo la pavimentación original del área y se pueden asociar, muy probablemente, a la fase de construcción del edificio. Este dato cambia completamente nuestra perspectiva de trabajo, visto que habíamos considerado estos restos en relación con las fases de reocupación de la zona arqueológica en épocas diferentes. Sin embargo, esta mañana el paletín de Cristina y el ojo de halcón de Alvarito descubrían una relación estratigráfica que ha cambiado la lectura de estas construcciones, evidenciando la asociación de los muros de ladrillos con la edificación de los pilares del arco.

La lluvia ha ralentizado un poco los trabajos, algunas partes se han inundado y a pesar de estas dificultades el pico de Tommy y Carlos se ha vuelto inexorable contra una plataforma muy dura de cemento. Continuarán mañana (si las manos se lo permiten) conjuntamente con la máquina excavadora que, finalmente, intentará levantar la pavimentación actual del arco para la excavación en la parte interior.

¿Y ahora qué hacemos?

Hasta mañana.