Otra jornada de trabajo con un tiempo estupendo. Estamos quitando los rellenos contemporáneos y en uno de los cortes se aprecia ya lo que probablemente sea la cimentación del Arco. La anécdota viene marcada por la visita que cada día nos hace una pequeña gata doméstica (Kisa, según pone en su placa) que juguetea entre la tierra, dando saltos a nuestro alrededor. También nos visitan cada día los mosquitos, pero estos no vienen a jugar precisamente.
Ha resultado un poco duro acostumbrarse a las herramientas, porque algunas son bastante distintas a las españolas, pero la comida italiana nos proporciona energía sobrada para el pico, la pala y la carretilla.
Además de buen clima, hay buen ambiente de trabajo en equipo. Todos arrimamos el hombro.
Además de buen clima, hay buen ambiente de trabajo en equipo. Todos arrimamos el hombro.
Las excavaciones en el Arco despiertan bastante curiosidad entre los turistas, alguno incluso ha tomado anotaciones del cartel de la entrada, que sirve de presentación del monumento a la vez que aclara la naturaleza de los trabajos que se están realizando.
El cartel atrae la atención de turistas y romanos
Para mañana auguramos más piedras, más tierra... y más cosas que contar.